¡Qué rico es comer platos que celebran productos, los potencian, mezclan y sorprenden con técnicas que los encumbran! Así es la cocina de Sayil Guerra, parte de un recambio generacional que brilla en S... Leer Mas

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¡Qué rico es comer platos que celebran productos, los potencian, mezclan y sorprenden con técnicas que los encumbran! Así es la cocina de Sayil Guerra, parte de un recambio generacional que brilla en Santiago y que hoy, en su nuevo espacio, exhibe -modo plato y cuadro- una serie de reflexiones y resultados, fantásticos de gozar en todo momento que quieras salir de lo usual. Incluso, te sientes especial cuando cruzas la pequeña puerta de la calle, subes las escaleras y entras al mundo Fractal, blanco, alto, revelador. Hay seis entradas para bailar: Lengua, ponzu, alioli de berros (láminas finas y firmes de la carne que se lleva bien con la salsa asiática, sésamo y la cremosidad verde); Molleja frita, zapallo, curry y cebolla encurtida (un bocado que abraza picores, grasa, buen apanado y fritura, ácido, crujiente y dulzor); Hongos, almendras y zanahorias (soberbia del Portobello en corte grueso en sinfonía deliciosa con el dulzor), entre otras. Siguen varias carnes (Pierna de pato con crema de cebollas y crutones, que hace de bufanda para este invierno); pescados, pastas caseras. Platos de estación con buenos cócteles, vinos y menú de almuerzo. Sí, es una buena opción para disfrutar y abrir paladares. Leer menos