Ana María Zúñiga es, a estas alturas, una prócer de la gastronomía nacional. Abrió su restaurante en Santiago Centro hace más de 30 años, y todavía sigue trabajando allí. Es una casa tradicional de ese barrio tranquilo -cerca del Club Hípico-, y por dentro tiene varios comedores de distintos tamaños. El corazón del restaurante es un comedor revestido en madera, ambientado con algunas fotos y cuadros. Un espacio sencillo, pero cálido y bien iluminado, con servicio ad hoc, es decir, a la antigua: garzones y garzonas que saben recomendar y están atentos a tus necesidades. Cuando los haya, no dejes de probar sus Erizos y sus Locos mayo, la Plateada muy jugosa y sus carnes de caza, como un delicioso Jabalí o el Ganso. El Cerdo ahumado al vino tinto con ciruelas es un platazo ideal para el invierno. La carta va variando según la temporada y los productos disponibles, así es que hay que preguntar. Para cerrar, nada como una buena Leche asada o, cuando hay, sus Membrillos con murtillas.